¿Cuántas veces tenemos la sensación de sentir el móvil sonar o vibrar cuando realmente no lo hace? Metemos la mano en el bolsillo pensando que el teléfono estaba vibrando o revolvemos la cartera en busca de un movil que en realidad no estaba sonando. A esto se llama Síndrome de la vibración fantasma y parece ser un efecto muy frecuente en usuarios de celulares.

      Con una multifuncionalidad que no conoce límites, cada vez es mayor la dependencia que tenemos con los celulares, vínculo que puede llegar a ser, en casos extremos, peligroso para la salud porque cada vez más son apéndices del cuerpo. 

Es que las nuevas tecnologías han cambiado la relación del individuo con el teléfono, señala el psicólogo Roberto Balaguer, especialista en estos temas. Cada vez más gente tiene a los móviles como el centro de su vida, lo mismo que pasa con un adicto y una sustancia.

Según afirma el experto:

"Hace diez o quince años atrás era una relación de uso y en momentos puntuales. Ahora a través de él estamos en contacto con nuestros pares y familiares. Eso le agrega funciones a un nivel más afectivo. La gente que antes viajaba mil kilómetros por una ruta sin necesidad de comunicarse, ahora frente a cualquier imprevisto puede hacer una llamada; al no tenerlo genera una sensación de desamparo, de inseguridad. Está esa sensación de que el celular es parte del cuerpo de uno, del cuerpo cultural".

En términos generales, señala Balaguer, algo más del 50% de los individuos volvería a su casa a buscar el celular si descubre que salió a la calle sin él. En un porcentaje en el entorno del cinco por ciento, agrega, la sensación de desnudez o desamparo sin el móvil es tal que podría configurar una fobia. De hecho, ya existe una palabra para referirse a ella: nomofobia (abreviatura de la expresión en inglés no-mobile-phone-phobia). También está comenzando a hablarse de la ringxiety, ansiedad que lleva a la persona a escuchar al aparato sonar o timbrar cuando en realidad esto no ocurre.

       El origen del mal

Antes de profundizar en el Síndrome de la vibración fantasma y en sus explicaciones psico y tecnológicas, veamos cuál fue la semilla que originó en los usuarios de celulares este problema.

El mal se remonta, aproximadamente, al año 1996. Por entonces, en el tierno mercado móvil aparecía el teléfono StarTAC de Motorola, el cual figura entre los pioneros del SMS y la real portabilidad. Con su particular diseño clamshell pronto se convirtió en un verdadero hito de consumo. Según indica la revista Brando, en su historia se han vendido cerca de 60 millones de unidades. Fue galardonado como “mejor producto masivo” por Bussines Week en 1996 y su nombre aparece en la lista de los mejores cincuenta gadgets que elaboró la publicación PC World. Además, StarTAC fue uno de los primeros celulares en ofrecer una novedosa funcionalidad para la época: la vibración como un modo de alerta añadido a los viejos y queridos ringtones.

La vibración fue una buena noticia para usuarios que, ya en la década del noventa, comenzaban a prestar atención full time a sus equipos móviles. Algo que hoy nos resulta obvio: esta tecnología permitía saber si alguien llamaba y enviaba un mensaje, incluso cuando el celular está silenciado, por ejemplo en una sala de cine. 

Ahora bien, ¿cómo actúa está sencilla magia electrónica? Los vibradores de los celulares operan del mismo modo en que lo hacen algunos juguetes. Los equipos están diseñados para que, cuando se recibe un estímulo (en este caso una llamada, un mensaje, etc.) se active un pequeño motor de corriente continua el cual lleva un peso en su eje central ubicado por fuera del centro del engranaje. De este modo, al activarse el mecanismo, el peso se mueve velozmente de un lado a otro dando paso al movimiento que percibimos y que llamamos, sin más, vibración.

La difusión de este componente (a más de quince años del StarTAC sigue apareciendo en los equipos; iPhone 5S, Galaxy S4, Xperia Z1, todos lo incluyen) ha propiciado la aparición de este mal que, si bien por su nombre puede vincularse a una película de terror, en verdad se trata de un asunto que explica la psicología.

Las vibraciones fantasma

Si bien puede haber una explicación fisiológica para el hecho de oír el ring ya que el ser humano es muy sensible al rango de frecuencias en el que suelen caer la mayoría de estas melodías, el hecho de sentirlo vibrar puede tener ver más con la psicología que con la fisiología. 

Según indica la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en The World in 2013: Facts and Figures: “pronto habrá tantos abonados a la tecnología móvil celular como habitantes en el planeta, y se prevé que la cifra rebasará los 7 mil millones a principios de 2014”. En tal sentido, se comprende que el mal de las vibraciones no es cuestión de unos pocos.

De hecho, un estudio a cargo de investigadores de la Universidad de Maryland reveló que cera del 80 por ciento de los usuarios móviles ha sentido que su celular vibra en el bolsillo cuando éste en verdad no ha registrado movimiento alguno. El mal tiene aires académicos y ostenta denominación propia: Síndrome de Vibración Fantasma. Para entregar aún mayor celebridad al apelativo, el diccionario Macquarie Online seleccionó este concepto como “La Palabra del Año”, definiéndolo de este modo: “Ansiedad constante en relación con un teléfono celular y una convicción obsesiva de que el teléfono ha vibrado en respuesta a una llamada entrante que en realidad no ha existido”.

Según reveló The Telegraph, en enero de 2012 la Sociedad Británica de Psicología llevó a cabo un estudio entre cien voluntarios, incluidos estudiantes y trabajadores de diversas áreas, para testear los niveles de estrés vinculados a la tecnología móvil. Los resultados revelaron que este malestar está directamente relacionado al número de veces que las personas chequean sus celulares y, entre éstos, abundan los casos de personas afectadas por el Síndrome de Vibración Fantasma. El estudio da cuenta de un círculo vicioso: cuanto más estrés manifiesta el usuario, más necesidad siente de chequear su smartphone. Richard Balding, académico de la Universidad de Worcester encargado de dirigir la investigación, dijo al respecto: “Las empresas no prosperarán si sus empleados están estresados, independientemente de la fuente del estrés, por lo que debería ser de su interés alentar a los empleados a apagar sus teléfonos, recortar el número de emails que envían fuera del horario de trabajo y reducir el impulso a chequear repetidamente sus dispositivos”.

Por su parte, Tom Stafford, columnista de BBC Future, indica que las vibraciones fantasma “ilustran un principio fundamental de la psicología” y que en tal sentido esta percepción “es una parte común e inevitable del funcionamiento mental sano”. Veamos una analogía que grafica un sistema de percepción que en psicología se denomina “Teoría de Detección de Señales”: de modo similar a cómo una mañana cálida de invierno un bulbo de narciso debe decidir si la primavera ha llegado y comenzar a florecer; el cerebro humano debe hacer un juicio perceptivo sobre si el teléfono suena o no en el bolsillo.

Dice Stafford al respecto: “Cuando el celular está en su bolsillo, hay dos posibles estados: el teléfono está sonando o no. También hay dos posibles estados mentales: el juicio de que el teléfono está sonando o el juicio de que no está sonando”. En la intersección del estado real del teléfono y la percepción del estado del teléfono aparece un maridaje ideal: sentir vibraciones cuando vibra (acierto) y no sentirlas cuando no vibra (rechazo correcto). Sin embargo, aparecen otras dos combinaciones posibles: que el teléfono vibre y creer que no está vibrando (un fallo) o, en ausencia de vibraciones percibir que están ocurriendo (falsa alarma). Este último es el caso que nos convoca: las vibraciones fantasmagóricas.

El columnista tranquiliza a quienes hemos sufrido este mal en más de una ocasión: “En situaciones en las que se pueden hacer juicios sencillos, como decidir si alguien dice su nombre en una sala tranquila, probablemente siempre habrá correspondencias correctas. Pero si tiene que decidir si alguien dice su nombre en una sala ruidosa (…) los errores sucederán ocasionalmente”. En tal sentido, afirma Stafford, “sentir una vibración fantasma no es una alucinación patológica” sino que es un fiel indicador de que nuestros sistemas de percepción son casi perfectos, intentando arreglárselas en “un mundo incierto y ruidoso”.

No obstante, y retomando las conclusiones del antes citado estudio a cargo de la Universidad de Maryland, casi el 30 por ciento de los usuarios relevados percibe, no sólo vibraciones, sino ringtones inexistentes, aunque para este mal no han encontrado, todavía, una denominación.

                             Llamado a la emociones

La psicóloga de la Universidad Iberoamericana, Adriana Romero, explica que la sensación de que un dispositivo vibra se relaciona con situaciones emocionales que generan ansiedad, como la espera de la llamada de una pareja. Además indicó que quienes no están a la espera de un mensaje o llamada, presentan el trastorno porque se han habituado a la inmediatez que representa el intercambio de mensajes de texto a través de las apps.

Como era de suponer, la gente experimenta más estas vibraciones fantasmas o se encuentra en ese estado de alerta constante, cuando espera una llamada importante, el resultado de una entrevista de trabajo, la noticia de un parto, esa llamada de esa chica o ese chico... 

Así por ejemplo, muchas de estas vibraciones ocurren cuando las personas tienen alguna pelea con sus novios o parejas o se encuentran al comienzo de una relación. Cada una de estas falsas vibraciones provoca un mini shock y si bien al principio se produce un subidón de emociones viene seguido de una decepción al comprobar que eran falsas. 

Otra de las explicaciones para este fenómenose encuentra en la relación que existe entre móvil y vida social. Cuando estamos en público recibir muchas llamadas nos hace sentir populares y cuando estamos solos nos hace sentirnos acompañados que alguien se acuerda de nosotros. 

 Consejos contra el Síndrome de la vibración fantasma

La psicóloga por la UNAM, Verónica González, da algunos consejos sobre el tema:

  • Sólo por hoy NO. Refiere que se puede recurrir a la máxima del método de los 12 pasos para los grupos de Alcohólicos Anónimos de “sólo por hoy no tomo”. En el caso del celular, la indicación sería no revisarlo si no se espera una llamada o mensaje.

  • Desactiven la opción “vibrar”. Si creen que el problema se agrava, eliminen la alerta “vibrar” de todas las notificaciones que lanza el dispositivo, así cuando sientan que vibra sabrán que es falso, dado que ya no esta activa la opción.

  • Cambien los tonos. Dependiendo del número de personas con las que se comunican, asignen un tono diferente, ello ayudará a que ignoren alguno de dichos sonidos porque es señal de una comunicación inútil.

Uso saludable

Aunque no sea lo más saludable, nuestras vidas giran en torno al celular. Necesitamos estar conectados las 24 horas del día... si, incluso cuando dormimos dejamos el móvil cerca.

Pero no todos los problemas se reducen a vínculos emocionalmente estrechos con la tecnología. Para todos aquellos que acostumbran llevar el celular a la cama, conviene que sepan que las radiaciones artificiales que estos emiten pueden provocar dolores de cabeza o dificultades para conciliar el sueño.

Los expertos sugieren apagar el celular si se tiene la costumbre de dejarlo en la mesa de luz y evitar cargar su batería cerca de la cama. En definitiva, parece lo ideal mantener el celular fuera del dormitorio; y para despertadores, los viejos.

Recomendaciones para un uso saludable del celular:

1) No alargar las llamadas.

2) Llevarlo en un bolso o mochila y no en el bolsillo. En el trabajo, colocarlo sobre una mesa.

3) Evitar hablar en lugares con baja cobertura, ya que el celular ahí debe emitir con más intensidad.

4) Sustituir en lo posible llamadas por mensajes de texto.

5) Siempre que se pueda, apelar al sistema de manos libres.

Según la agencia Mindshare, el 71% de los argentinos dice que no puede salir de su casa sin celular. La necesidad de estar conectados todo el tiempo es considerada como el mayor argumento para tener un móvil. Mientras que en 2008 el sentirse seguros era la principal motivación para tener un celular.

 

 

De acuerdo con un estudio que realizó en Argentina la agencia de mercadotecnia 11mark, a principios de 2012, 75% de los usuarios de celulares (o sea, tres de cuatro), no dejan de utilizarlos ni siquiera en el momento de ir al baño.

 

Ringxiety (traducido como Ringxiedad = Ring + ansiedad) es un fenómeno psico-acústico en el cual se escucha o siente al celular sonar cuando en realidad no lo está. Esta receptividad al sonido de los móviles, ha hecho que en muchos anuncios se utilice en ring de los móviles como una manera de atraer la atención de la gente. Pero se considera que esta publicidad es, en cierta manera, agresiva por el sobresalto y desasosiego que puede llegar a producir en los espectadores. 

 

 

Estudios indican que cerca del 80 por ciento de los usuarios siente vibraciones en su bolsillo, cuando en realidad el celular no ha registrado ningún movimiento. Asimismo, los informes registran que más del 30 por ciento oye ringtones inexistentes. 

 

 

Según Jack Tsao, profesor de neurología en la Universidad de Maryland, el cerebro interpreta las señales del celular como partes del cuerpo y por este motivo las “vibraciones fantasmas” serían percibidas aún en ausencia del teléfono.

Nuestra percepción está hecha de información del entorno que hemos ajustado con la experiencia. Sentir una vibración fantasma del celular no es una alucinación patológica. Simplemente refleja que nuestros casi perfectos sistemas de percepción están funcionando de la mejor manera en un mundo incierto y ruidoso.